miércoles, 21 de septiembre de 2016

Haciendo pectorales. Correlimos pectoral (Calidris melanotos). Mazaricu Americanu.

El año pasado por estas fechas tuve la oportunidad de publicar mi primer encuentro con el  Correlimos pectoral (Calidris melanotos), circunstancia que me produjo una gran satisfacción ya que por esas fechas no era muy frecuente encontrarle por nuestro entorno y de hecho estaba considerado en nuestro país como una rareza ocasional (divagante). Posteriormente, en el año 2016 el comité de rarezas de la SEO ha dejado de considerarlo como tal, siendo por tanto el año 2015 el último año que fue homologado como tal.






Este año he vuelto a tener esa oportunidad de encontrarme con esta curiosa especie, pero en unas circunstancias mucho más favorables que las del pasado año, ya que su confianza con el ser humano llegaba a llamar poderosamente la atención, pues no sólo dejaba aproximarse a él sin mostrar el más mínimo recelo, sino que era él mismo el que se acercaba a las varias personas que nos encontrábamos observándole. 






Esta circunstancia era tan llamativa que te llegaba a dificultar de manera considerable, poderle realizar fotografías con un teleobjetivo de mediana distancia focal, obligándote a retirarte de él constantemente para poderlo enfocar bien. 






El resultado, como es lógico, son unos primeros planos que me han permitido plasmar adecuadamente la belleza de su plumaje y del entorno por donde se movía (Playa de Bañugues). Además, para poder obtener estas bonitas tomas, contribuyó notablemente el comienzo del último día soleado que pudimos disfrutar la semana pasada en Asturias, ya que posteriormente nos vino una borrasca de considerables dimensiones, que permaneció el resto de los días de esa semana con nosotros.






Como muchos de vosotros ya conocéis el Correlimos pectoral se reproduce (50%) en la costa ártica de Norteamérica (Alaska y NE de Canadá) y en periodo invernal atraviesan en migración todo el territorio de América del Norte, para pasar ese periodo en Sudamérica (Perú, Chile, Brasil, Argentina y Uruguay), donde se le conoce como el “Playerito pectoral”.






También tienen un territorio de reproducción en el NE de Siberia (50%) y se cree que estas aves migran hacia el este a través de Alaska, para unirse a la ruta de migración común utilizado por las aves reproductoras de América del Norte. Un pequeño número de estas aves (posiblemente dispersantes juveniles) se cree que migran hacia el sur de Siberia a lo largo de la Polinesia, Australia, Tasmania y Nueva Zelanda y algún número menos de ejemplares, lo hagan con dirección suroeste, para pasar el invierno en el sur del continente africano.






En España se suelen ver más ejemplares en paso posnupcial (mediados de agosto a principios de octubre) que en primavera y casi siempre se trata de ejemplares juveniles que provienen de la costa oriental de Norteamérica y que pueden acabar sobre el Atlántico debido al viento provocado por áreas de baja presión (tormentas tropicales y tornados) que las desorientan.






En la actualidad se va imponiendo la teoría de que la mayoría de los ejemplares que vemos en la Península Ibérica proceden de la tundra ártica (NE de Siberia) y tendrían una ruta migratoria a través de la zona mediterránea, mientras que las posibles aves que provienen del continente americano también tendrían una ruta migratoria pero por el la zona occidental de Europa, siendo estas aves las menos frecuentes.






Hay que tener en cuenta que estas aves comienzan su migración hacia el sur desde sus áreas de reproducción a mediados de verano. Primero lo hacen los machos (principios y mediados de julio), antes incluso que se produzca la eclosión de los huevos, posteriormente lo hacen las hembras (a principios de agosto), y un mes más tarde (finales de julio a agosto) les siguen los juveniles. Se calcula que algunas de estas aves llegan a recorrer alrededor de 16.000 km en sus viajes migratorios, por lo que están consideradas como una de las aves que más distancia recorren durante la migración.






En el mapa de abajo se destacan en color ocre las zonas de cría, en amarillo las zonas de paso en la migración y en azul las zonas de invernada.




En este otro mapa más amplio, podemos ver en amarillo las zonas de cría y en azul las zonas de invernada para esta especie.






La característica anatómica más llamativa de esta especie es la zona pectoral (de ahí su denominación de “pectoral”) y el cuello que son de color pardo-grisáceo claro intensamente estriado de color marrón oscuro. Esta zona estriada acaba bruscamente de forma puntiaguda en el centro del pecho al llegar al vientre, el cual es de color blanco liso al igual que la zona caudal inferior.






Los jóvenes son muy parecidos a los adultos en época reproductiva, pero por su parte superior están más contrastados que los adultos, formando un nítido dibujo escamoso con las plumas de color negro con los bordes de color castaño-rojizo y las puntas blancas que hacen que se destaquen unas llamativas líneas blancas en las cobertoras.






La ceja de color crema finamente barrada, también la tienen más destacada que los adultos en verano.






Su alimentación es fundamentalmente a base de insectos y sus larvas, arácnidos y otros artrópodos e invertebrados, especialmente durante la época de cría, no obstante el resto del tiempo también puede comer algas y semillas.